La Plaza de la Catedral de
Florencia es el lugar más visitado en esta sombrosa ciudad. Es fácil que
durante nuestra estancia en ella pasemos varias veces por aquí.
Se puede empezar visitando el
Museo de la "Opera del Duomo", que reúne muchas de las esculturas
originales y elementos decorativos que adornaban los edificios de la plaza.
El Baptisterio, del siglo XI, es
de planta octogonal y es un bello ejemplo de arquitectura románica toscana.
En él se encuentra la conocida
"Puerta del Paraíso" de Ghiberti. Representa en 10 paneles de bronce
escenas del Antiguo Testamento. Los que están actualmente son copias de los
originales ya que éstos se exponen en el Museo de la Catedral.
La Puerta Sur fue realizada por
Andrea Pisano, los relieves escenifican la vida de San Juan Bautista. La Puerta
Norte tiene 28 paneles con escenas del Nuevo Testamento. Su interior cuenta con
una bóveda revestida con magníficos mosaicos de estilo bizantino.
El Campanile posee una fachada
neogótica. Fue diseñado por Giotto y finalizado por Andrea Pisano.
El campanario de la catedral
también está revestido de mármol blanco,
verde y rojo, en él llaman la atención las ventanas alargadas y los
bajorrelieves hexagonales.
El Duomo di Firenze, la catedral
gótica de Florencia es magnífica.
La construcción del edificio se
comenzó en 1296 y finalizó en 1462. Es de líneas rectas y decoración geométrica
con una taracea de mármoles de colores.
Se levantó sobre la iglesia
románica de Santa Reparata, patrona de Florencia. El interior es de planta de
cruz latina con tres amplias naves. Me gustó mucho el reloj que da la horas en
sentido contrario al habitual.
Casi un siglo después,
Brunelleschi construyó la cúpula. Fue decorada por Giorgio Vasari y Federico
Zuccari representando el Juicio Final.
Filippo Brunelleschi está
considerado el mejor arquitecto del Renacimiento. Su cúpula está calificada
como obra maestra. Tiene 45 metros de diámetro y 114 de altura.
Su singular estructura tiene un
diseño de dos cúpulas, una interna y otra externa; una "falsa"
visible y la otra que es realmente la que sostiene el peso. Está construida a
base de dos cascarones paralelos
disminuyendo así su peso total.
Los 463 escalones de subida a
ella nos permiten pasar entre las dos bóvedas y ver de cerca los impactantes
frescos de Vasari.
Desde lo alto la panorámica sobre
Florencia es grandiosa.
Inma
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